martes, 13 de agosto de 2013

Mi experiencia en la Escuela Espanola

Aquí está mi video blog tres (no pude subir lo via blogger porque tuve problemas hoy como siempre y por eso está en Youtube) : 

lunes, 12 de agosto de 2013

Noticia de Middlebury

30/7/2013
Más choques provocan preocupación sobre
la rotonda de Middlebury

            Según fuentes de la comunidad de Middlebury, la nueva rotonda está causando más daño que ayuda. La rotonda, que fue financiada por Middlebury College como un regalo al pueblo es bonita, pero aparentemente peligrosa. Hace más de dos años cuando la rotonda fue construida, la gente del pueblo se sentía optimista que la rotonda sería tanto una pieza central de la calle principal del pueblo soñoliento y una estrategia de control de tráfico eficiente y bonito.
            Sin embargo, el número de accidentes de tráfico relacionados con la rotonda es muy grande para ignorar. Expertos de tráfico han dicho que el problema no es la rotonda sino los conductores de los
coches que usan la rotonda. Si los conductores hubieran usado técnicas de conducción correctas, no habrían chocado con otros coches y nosotros no tendríamos este problema. Por ello, los expertos surgieren que los conductores de Middlebury tengan más cuidado cuando están entrando y saliendo de la rotonda y que cada persona use las señales de giro correctas cada vez que está saliendo.
            Puede parecer simple, pero para muchos de los conductores, las reglas de la rotonda son extrañas y nuevas en sus historias de conducción. Las rotondas generalmente son características de las ciudades con un tráfico mayor que quince coches a las cinco de la tarde y a veces unos tractores, como aquí en Middlebury, pero la rotonda se ha hecho parte del paisaje del pueblo y de la vida diaria. Por esta razón, la eliminación de la rotonda es imposible. No obstante, es necesario que los conductores aprendan cómo usar la rotonda sin problemas. 
          El comité que supervisaba la construcción de la rotonda recomienda que alguien publique un folleto para explicar las reglas de tráfico. Adicionalmente, sugiero que el pueblo haga signos que recuerden a la gente ceder el paso a otros coches cuando está entrando la rotonda y usar las señales de giro. Es probable que muchas personas no entiendan las reglas y que los signos explicativos puedan ayudarlas. Espero que esta situación sea resuelta en los meses próximos. Es una lástima que hubiera habido muchísimas accidentes y deben tomarse medidas para arreglar el sistema. Tenga cuidado, Middlebury, y siempre practique conducción defensiva hasta que el publico esté mejor educado y el problema esté resuelto. Sayre White, El Periódico del Pueblo.©


jueves, 1 de agosto de 2013

Un día perdido


El año pasado, yo fui a un festival que se llama “Electric Daisy Carnival” (EDC) por primera vez. Este festival era muy grande y fantástico, con música electrónica de los mejores artistas del mundo y también con instalaciones de arte que escupían fuego y transformaban el festival en otro mundo etéreo. Por tres días del verano, nosotros nos quedamos en un hotel en Las Vegas y fuimos al festival cada noche. No dormimos por las noches y apenas dormimos durante el día porque el festival era de las siete de la noche a las siete de la mañana próxima. Por esta razón, cercano al fin nosotros nos sentíamos muy cansados. Después de una noche de baile y festividades, estuve con un grupo de amigos de Montana quienes se quedaban en un hotel diferente del hotel mío. Ellos necesitaron regresar para irse al aeropuerto, y por eso yo dije que ellos no necesitaban preocuparse de mí. Sin transportación, teléfono y sin dinero, yo decidí tratar mi suerte con los autobuses para ir a mi hotel.
Cuando llegue a “la tira” (el nombre coloquial por el parte de la ciudad con muchos de los barres y hoteles) de Las Vegas por autobús, eran las ocho de la mañana. Me sentía orgulloso con mi progreso y paseé por los hoteles de la tira de Vegas para encontrar transportación para volver a mi hotel. De repente, en el vestíbulo del hotel Escalibar, me acordé de que muchos de mis amigos tenían vuelos a Missoula muy tempranas y fui golpeada por una ola de miedo. En ese momento yo  me di cuenta de que tenía que volver a mi hotel y para hacerlo, necesitaba dinero para un taxi. Cada persona con la que yo había hablando me había dicho que yo no podía caminar a mi hotel, porque era peligroso. Un taxi era mi única oportunidad. Le pregunté a un taxista cuánto debía pagar para ir a mi hotel, pero me enteré de que los cinco dólares que el ayuda de cámara simpático me había dado no eran suficientes.
Sin esperanza, me senté en la acera. El aire era caliente y pesado y sentía una sensación abrumadora porque estaba perdida. Estaba sola en un lugar extraño y con estos pensamientos empecé a llorar. Miré hacia arriba después de varios momentos y yo vi un camión que estaba pintado con colores brillantes y eslóganes de “EDC”. Un hombre joven saltó del camión y me preguntó si todo estaba bien. Le expliqué la situación e inmediatamente el hombre me dio todo el dinero en su cartera. Los otros hombres y él me abrazaron y me dijeron que ellos sólo querían “difundir el amor”. Con los treinta dólares de este acto de bondad azaroso, yo tomé un taxi amarillo a mi hotel y llegue segura a los brazos de mi amigos. Fue un día inolvidable.