8-7-13
Cuando
yo era niña, vivía en
una granja de mi familia aproximadamente a treinta millas de la ciudad de
Missoula, Montana. Mi niñeza fue larga y llena de alegría porque a mí me
encantaba la vida en la granja y todas las oportunidades para aprender que se
presentaban cada día. Durante los primeros años de mi vida, la granja fue mi escuela y la
naturaleza mi maestra (mi papá, formalmente). Yo era una lectora voraz desde un edad muy temprana y
prefería enterrarme en las páginas de un libro nuevo cada día. Más tarde en
la vida transferí este amor por la palabra a la escritura y yo llegué a ser una
escritora prolífica de poesía y memorias, la gran mayoría de mis observaciones
y conneciones con la naturelza y mis buenos recuerdos de mi niñez en el
campo.
Porque mis
únicos amigos constantes eran mi hermano y hermanita, la soledad me alimentaba
de mi lectura y paseos por nuestra propiedad y yo desarollé una imaginación
fuerte y la capacitad de entretenerme a mí misma por horas y horas cuando mi
mamá estaba en
Missoula por su trabajo y mi papá estaba trabajando en todos los cuarenta acres
de la propiedad. Todavía tengo estas características que me hacen disfrutar de
grandes extensiones de tiempo sola, en contraste con mi personalidad extrovertida
y social.
Después los primeros años, asistí a una
escuela privada, muy pequeña, y alternativa sin notas ni
campanas y pasábamos mucho tiempo afuera. Me encontré con un
mundo nuevo cuando mis padres se divorciaron y me mudé a una gran
escuela secundaria publica en la ciudad. Prosperé
en la escuela secundaria, porque yo podía vivir en muchos lados de la
adolescencia. Yo viajiaba del mundo, cantaba en el coro, y miraba de partidas
deportivas con mis amigos y también jugaba al fútbol. Los años de escuela secundaria fueron formativos y continué a siendo una chica independiente,
comprensiva, ambiciosa y una amante de las
diversiones. Ahora, mis relaciones con el mundo y la
gente más cercana a mí son de suma importancia y siempre estoy agradecida por
mi crianza. Estudio economía,
salud mundial y el español en Middlebury y espero ser médica
un día pero sí hay una cosa que yo he
aprendido en mis viente años,
es que las necesidades y la trayectoria cambian, rapidamente y sin previo
aviso.